El Cortijo de los mimbrales Vive la experiencia. El lujo de la distancia.
El Cortijo de los Mimbrales es un hotel con encanto protagonista de una bonita historia y una copla del Príncipe Gitano.
Fue allá alrededor de los años 50 cuando nace el poblado, que fue conocido con el nombre, de Los Guayules.
En una amplia extensión de terreno se sembró esta especie de arbustos, que eran cultivados en grandes extensiones en Estados Unidos, para obtener caucho.
Como el lugar estaba alejado de todo, se construyó un poblado de colonización formado por barracones con su escuela, su iglesia, su economato, su cantina, etc.
Tras el abandono de las plantaciones de Guayules, volvió a ser lo que era, una explotación agraria, de la que se cosechaban buenas peras y sandías que los agricultores vendían a los turistas de camino a la playa.
En aquel tiempo parecía un poblado abandonado, hasta que en los años 80 es comprada la explotación agrícola, donde se produjeron naranjas, y el poblado es convertido en hotel. Los barracones pasaron a ser villas bautizadas con nombres de aves que pueden ser contempladas en las marismas de Doñana.
La antigua cantina se convirtió en el bar y el restaurante. Algunas de las antiguas naves se transformaron en salones donde poder compartir, y confortables habitaciones decoradas con muebles antiguos, fotografías de tiempos remotos del poblado, decoración árabe, …
En los antiguos jardines de naranjos, se encuentran la piscina, la alberca, el jardín de la zona de Guayules y espacios muy agradables para disfrutar de modo particular, para realizar eventos e incluso filmaciones en un lugar único y auténtico.
El silencio y la tranquilidad, los grandes espacios, convierten a El Cortijo de los Mimbrales en el lugar ideal para disfrutar de unas maravillosas vacaciones, una escapada con la que despejar tu mente o el lugar donde alojarte durante tu viaje de trabajo.
Con la cercanía de la aldea de El Rocío, del Parque Nacional de Doñana y las playas más extensas de la Península Ibérica; tras más de 8 años cerrados, el hotel ha sido renovado y abre sus puertas de nuevo.
Fue allá alrededor de los años 50 cuando nace el poblado, que fue conocido con el nombre, de Los Guayules.
En una amplia extensión de terreno se sembró esta especie de arbustos, que eran cultivados en grandes extensiones en Estados Unidos, para obtener caucho.
Como el lugar estaba alejado de todo, se construyó un poblado de colonización formado por barracones con su escuela, su iglesia, su economato, su cantina, etc.
Tras el abandono de las plantaciones de Guayules, volvió a ser lo que era, una explotación agraria, de la que se cosechaban buenas peras y sandías que los agricultores vendían a los turistas de camino a la playa.
En aquel tiempo parecía un poblado abandonado, hasta que en los años 80 es comprada la explotación agrícola, donde se produjeron naranjas, y el poblado es convertido en hotel. Los barracones pasaron a ser villas bautizadas con nombres de aves que pueden ser contempladas en las marismas de Doñana.
La antigua cantina se convirtió en el bar y el restaurante. Algunas de las antiguas naves se transformaron en salones donde poder compartir, y confortables habitaciones decoradas con muebles antiguos, fotografías de tiempos remotos del poblado, decoración árabe, …
En los antiguos jardines de naranjos, se encuentran la piscina, la alberca, el jardín de la zona de Guayules y espacios muy agradables para disfrutar de modo particular, para realizar eventos e incluso filmaciones en un lugar único y auténtico.
El silencio y la tranquilidad, los grandes espacios, convierten a El Cortijo de los Mimbrales en el lugar ideal para disfrutar de unas maravillosas vacaciones, una escapada con la que despejar tu mente o el lugar donde alojarte durante tu viaje de trabajo.
Con la cercanía de la aldea de El Rocío, del Parque Nacional de Doñana y las playas más extensas de la Península Ibérica; tras más de 8 años cerrados, el hotel ha sido renovado y abre sus puertas de nuevo.